La influencia de Taylor Swift en el récord de audiencia que alcanzó el Super Bowl
Ejecutivos dicen que la relación de la estrella del pop, Taylor Swift, con el jugador de los Chiefs, Travis Kelce, ayudó a aumentar las audiencias.
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Un récord de 123 millones de hogares estadounidenses siguieron el partido del Super Bowl el domingo, convirtiéndolo en una de las mayores transmisiones de la historia del país y subrayando la perdurable atracción de los deportes en directo, incluso cuando el panorama televisivo se desmorona a sus pies.
La cifra abarca espectadores de todas las plataformas -incluyendo CBS, Nickelodeon, Univision y servicios de streaming como Paramount+ y NFL+-, quienes vieron a los Kansas City Chiefs derrotar a los San Francisco 49ers. Esto se compara con los 115 millones que sintonizaron el Super Bowl del año pasado, entre los Chiefs y los Eagles de Filadelfia.
El partido del domingo en Las Vegas es la segunda transmisión televisiva estadounidense más vista de la historia, sólo por detrás del alunizaje del Apolo en 1969, que se calcula que atrajo entre 125 y 150 millones de telespectadores estadounidenses, cuando la población del país apenas superaba los 200 millones.
La NFL respira
Los de fútbol americano siguen siendo los programas más popular de la televisión estadounidense, en un momento en que las audiencias se alejan de las cadenas de cable y de difusión, y se decantan por el streaming. Según Nielsen, la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por su sigla en inglés) representó 93 de las 100 emisiones televisivas más vistas en Estados Unidos el año pasado.
Ejecutivos dicen que la relación de la estrella del pop, Taylor Swift, con el jugador de los Chiefs, Travis Kelce, ayudó a aumentar las audiencias, después de una temporada en la que se le ha atribuido el mérito de atraer a muchos de sus jóvenes fans femeninos a los partidos de la NFL. El director ejecutivo de Paramount, Bob Bakish, dijo a CNBC que la presencia de Swift en los partidos "ha aportado un valor incremental ... Estoy seguro de que no ha perjudicado a los índices de audiencia".
El Super Bowl es también una importante plataforma para otras industrias, desde cerveceras, fabricantes de automóviles y otras marcas que gastan US$ 7 millones por cada 30 segundos de publicidad; hasta la industria musical, donde las estrellas más veteranas pueden revivir sus catálogos a través de una gran actuación.
El domingo, Usher, la estrella del R&B cuyos éxitos dominaron la década de 2000, protagonizó un espectáculo de medio tiempo con apariciones de colaboradores como Alicia Keys, HER y Ludacris. Beyoncé utilizó un anuncio del Super Bowl con la compañía telefónica Verizon para promocionar un nuevo álbum.
La NFL alcanzó en 2021 un nuevo acuerdo por los derechos de retransmisión de sus partidos cuyo valor se estimó en hasta US$ 110 mil millones a lo largo de un período de 11 años, repartidos entre varias cadenas. CBS acordó pagar a la NFL unos US$ 2 mil millones al año, según informó entonces el Financial Times.
Este año, Paramount ha ingresado más de US$ 500 millones por publicidad en el Super Bowl, a través de sus cadenas y su servicio de streaming.
Este buen resultado se produce en medio de las turbulencias del grupo, que anunciará despidos este mes. Su propietaria, Shari Redstone, está en conversaciones con el multimillonario David Ellison para vender la empresa familiar, ya que Paramount lucha por competir con empresas de medios de comunicación más grandes, como Netflix y Disney.
Aparte de la NFL, el negocio de la televisión en EEUU está en declive a largo plazo. Según MoffettNathanson, en los primeros nueve meses de 2023, unos 5 millones de hogares estadounidenses dejaron de contratar la televisión de pago.